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sábado, 11 de agosto de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a


Relacionarse e identificar con la gente, comunicar y trabajar a través de las culturas

En la búsqueda por establecer los canales de comunicación adecuados para involucrarse con el contexto a intervenir, el comunicador cumple el papel de mediador entre la gente y el gestor del proyecto comunicativo (proyecto de cooperación). El comunicador encuentra en la identidad con la gente o público destinatario, la manera de trabajar utilizando como herramienta sus propias armas culturales y las adyacentes.
Una manera de graficarlo podría ser, cuando un comunicador se plantea la estrategia de sensibilizar a una comunidad ´cerrada´ donde, por ejemplo, no hay espacios públicos accesibles para las personas con discapacidad, y existe la importancia de construir los espacios accesibles para que aquellas personas puedan transitar con seguridad por las calles y así sentirse incluidas y aceptadas por su propia comunidad. 
La manera de identificarse con este colectivo es primordial, primero para que el propio comunicador se sensibilice desde su perspectiva de no discapacitado como si lo fuera, y desde la perspectiva de quien busca establecer relaciones de solidaridad (el cooperante, la empresa, la fundación, etc) para hacer suyo un concepto de vida, que para muchos es ajeno. 
La cultura de la solidaridad entonces, viene a ser el medio para llegar a quienes viven ajenos a este contexto social pero, saben que más temprano que tarde, lo vivirán. La cultura de la reciprocidad en este caso se manifiesta en la manera de abordar la forma de comunicar y trabajar a través de estas culturas que por nuevas, son poco relevantes o poco visibles para muchas otras comunidades en diversos lugares del planeta.

 

miércoles, 27 de junio de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a

Escuchar, observar

Escuchar y observar son unas de las habilidades de mayor importancia al momento de establecer un primer contacto de análisis con el entorno en el que se desarrolla el individuo social.
Comunicadores sociales del Ipedhep en taller
El saber escuchar implica el involucramiento del comunicador en una problemática que puede no ser la suya pero a la que pretende aportar alternativas de cambio y desarrollo para el bien de un colectivo específico.
Esta habilidad debe ir de la mano de otra tan importante como la observación, que implica una observación del mundo desde la perspectiva del yo (comunicador) con la cual poder elaborar un concepto, una ilusión, una idea, un sentimiento, un mensaje y transmitirlo de manera aficiente. Con la capacidad de observación se propone establecer mecanismos de comunicación específicos con los que poder llegar a un colectivo determinado.

Este colectivo  muchas veces puede ser poco conocido por el contexto en el que se desarrolla, por la ubicación geográfica en el que se encuentra, por la realidad politica en la que vive inmerso o por una falta de acceso a la información puede llegar a ser limitado o casi nulo. 
Como especialista en el manejo instrumental de los procesos comunicativos, el comunicador social tiene en ambas destrezas las piezas fundamentales para el buen manejo de la comunicación en los procesos de cambio social y desarrollo.

miércoles, 30 de mayo de 2012

La Comunicación para el Desarrollo: su especificidad y sus aplicaciones

La Comunicación para el Desarrollo apunta al logro de los objetivos que aporten a un cambio social en el marco de una necesidad cultural, educativa, ambiental, social, política o económica de una sociedad. Su especificidad se sostiene en el rol del comunicador como profesional con suficientes capacidades y competencias para motivar un cambio en su entorno haciendo el papel de mediador entre el emisor y el receptor.
Su razón de ser tiene mucho que ver con un enfoque solidario, humanitario que con uno meramente instrumental pues apunta al cambio social a través de la comunicación, acción y participación.
Como meta de desarrollo profesional, esta disciplina ha ofrecido a los profesionales de la materia más de una vertiente de expansión, pero ha sido con el correr de los últimos cincuenta años en adelante que su valor social cobró mucho más valor gracias al despertar de colectivos incipientes que fueron tomando forma a lo largo de estas últimas décadas. 
Es en ese aspecto que la CpD ha evolucionado de manera mucho más estructurada hasta la última década en la que las universidades de humanidades, especialmente las de formación en ciencias de la información han creado currículos académicos de post grado sobre el tema y también de pregrado en algunas universidades de América Latina y Europa.
Como gestor de la comunicación desde un nivel amplio y plural, el comunicador para el desarrollo tiene todas las condiciones para trabajar en proyectos de desarrollo, tanto en consultorías y como mediadores y promotores sociales, como asesores o como docentes. El enfoque de estudio es amplio y destaca la capacidad de observación del experto para detectar necesidades y plantear soluciones en espacios a intervenir.
Sin embargo, a inicios de la década pasada surgió la inquietud de varias organizaciones internacionales en darle un mayor valor al trabajo del comunicador para el desarrollo. En el año 2002, la Fundación Rockefeller, la Organización Panamericana de la Salud y el proyecto Cambio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, llevaron a cabo en Italia una conferencia de expertos, docentes e investigadores en comunicación que tuvo como propósito crear o establecer un mapa de competencias para el desarrollo y el cambio social, denominado ‘Conocimientos, habilidades y actitudes en acción’. Cuyo propósito era discutir y debatir en base a la experiencia de estas tres organizaciones, cuales son las competencias que sustentan el perfil de un comunicador en cambio social y desarrollo. 
A partir de esta iniciativa se creó un documento que constituye el punto de quiebre entre el perfil del comunicador social a secas y el que debe tener un comunicador en desarrollo y cambio social. Este documento destaca por ejemplo, la importancia de los enfoques participativos en los programas de comunicación que se centran en el desarrollo comunitario, el poder de decisión de la comunidad y la autodeterminación, lo que ofrece más sostenibilidad a largo plazo y mayor coherencia con los principios fundamentales del desarrollo. Este enfoque propende que sea el comunicador el que tenga la flexibilidad de elegir el tipo de enfoque cuantitativo o de análisis que pueda aplicar dependiendo del espacio donde se desarrolla.