miércoles, 30 de mayo de 2012

La Comunicación para el Desarrollo: su especificidad y sus aplicaciones

La Comunicación para el Desarrollo apunta al logro de los objetivos que aporten a un cambio social en el marco de una necesidad cultural, educativa, ambiental, social, política o económica de una sociedad. Su especificidad se sostiene en el rol del comunicador como profesional con suficientes capacidades y competencias para motivar un cambio en su entorno haciendo el papel de mediador entre el emisor y el receptor.
Su razón de ser tiene mucho que ver con un enfoque solidario, humanitario que con uno meramente instrumental pues apunta al cambio social a través de la comunicación, acción y participación.
Como meta de desarrollo profesional, esta disciplina ha ofrecido a los profesionales de la materia más de una vertiente de expansión, pero ha sido con el correr de los últimos cincuenta años en adelante que su valor social cobró mucho más valor gracias al despertar de colectivos incipientes que fueron tomando forma a lo largo de estas últimas décadas. 
Es en ese aspecto que la CpD ha evolucionado de manera mucho más estructurada hasta la última década en la que las universidades de humanidades, especialmente las de formación en ciencias de la información han creado currículos académicos de post grado sobre el tema y también de pregrado en algunas universidades de América Latina y Europa.
Como gestor de la comunicación desde un nivel amplio y plural, el comunicador para el desarrollo tiene todas las condiciones para trabajar en proyectos de desarrollo, tanto en consultorías y como mediadores y promotores sociales, como asesores o como docentes. El enfoque de estudio es amplio y destaca la capacidad de observación del experto para detectar necesidades y plantear soluciones en espacios a intervenir.
Sin embargo, a inicios de la década pasada surgió la inquietud de varias organizaciones internacionales en darle un mayor valor al trabajo del comunicador para el desarrollo. En el año 2002, la Fundación Rockefeller, la Organización Panamericana de la Salud y el proyecto Cambio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, llevaron a cabo en Italia una conferencia de expertos, docentes e investigadores en comunicación que tuvo como propósito crear o establecer un mapa de competencias para el desarrollo y el cambio social, denominado ‘Conocimientos, habilidades y actitudes en acción’. Cuyo propósito era discutir y debatir en base a la experiencia de estas tres organizaciones, cuales son las competencias que sustentan el perfil de un comunicador en cambio social y desarrollo. 
A partir de esta iniciativa se creó un documento que constituye el punto de quiebre entre el perfil del comunicador social a secas y el que debe tener un comunicador en desarrollo y cambio social. Este documento destaca por ejemplo, la importancia de los enfoques participativos en los programas de comunicación que se centran en el desarrollo comunitario, el poder de decisión de la comunidad y la autodeterminación, lo que ofrece más sostenibilidad a largo plazo y mayor coherencia con los principios fundamentales del desarrollo. Este enfoque propende que sea el comunicador el que tenga la flexibilidad de elegir el tipo de enfoque cuantitativo o de análisis que pueda aplicar dependiendo del espacio donde se desarrolla.

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