domingo, 13 de mayo de 2012

Inmanuel Kant. La paz perpetua. Un esbozo filosófico


I.    PRIMER APARTADO   Artículos preliminares para la paz perpetua entre los Estados
1.     “No debe considerarse como válido un tratado de paz que se haya ajustado con la reserva mental de ciertos motivos capaces de provocar en el porvenir otra guerra”.
Kant cuestiona la validez de un tratado de paz cuando en realidad una de las partes guarda la intención futura de provocar un nuevo conflicto con su contraparte. Sostiene que se refiere a un armisticio pero no a un tratado de paz y que dicha intención solapada no es digna de un Estado ni de sus gobernantes, príncipes o ministros; que una vez que se firma un documento así, no cabe marcha atrás y son los gobernantes los que deben respetarlo. No obstante, advierte que dicho juicio puede resultar pedante para los políticos que creen que la mayor honra de un Estado es incrementar su poder a través del sometimiento de otros.
2.     “Ningún Estado independiente -pequeño o grande, lo mismo da- podrá ser adquirido por otro Estado mediante herencia, cambio, compra o donación...”
Kant resalta el valor del Estado como una sociedad de seres humanos en la que solo ellos tienen derecho a mandar y a disponer sobre ella. Dice que el Estado no es un patrimonio, es una sociedad de individuos en la que solo ellos pueden mandar y disponer. Adquirir un Estado o injertarse en otro, es como anular su existencia como persona moral, lo cual se contradice con la idea del contrato originario. Analiza también, que Europa ha llegado a los extremos de adquirir pueblos a través de uniones en matrimonio entre Estados. Lo cual ayudó a potenciar a unos Estados sobre otros y a alquilar tropas de Estados no enemigos para utilizarlos en sus estrategias de expansión.
3.     “Los ejércitos permanentes -miles perpetuus- deben desaparecer por completo con el tiempo”.
Kant plantea que con la desaparición de los ejércitos, los Estados dejaran de incitarse unos a otros en una carrera armamentista que no ha parado hasta nuestros días. Sostiene que son una amenaza constante para el conjunto de los Estados armados y que su manutención termina siendo el origen de guerras cortas que solo buscan librar al país de la carga de los gastos militares que ocasionan. Sin embargo, en este punto de análisis, Kant no precisa la forma en la que estos ejércitos debieran desaparecer de los Estados, aunque si justifica que sean los propios ciudadanos los que realicen ejercicios militares periódicos en aras de defender a su patria en situaciones de amenaza.
4.     “No debe el Estado contraer deudas que tengan por objeto sostener su política exterior”.
Kant justifica la emisión de deuda de un país en tanto sirva para fomentar las mejores económicas de un Estado, sin embargo, demanda que si este se convierte en un instrumento de guerra para transformarse en una potencia financiera, se constituye como un gran escollo en la búsqueda de una paz perpetua. Sustenta que por ello, es necesario un articulo preliminar que prohíba la emisión de deuda para tales fines. Subraya además, que en caso que un país caiga en bancarrota y traiga abajo la estabilidad de los Estados cercanos que no tienen culpa, estos tienen el derecho de aliarse contra este por sus pretensiones de primacía.
5.     “Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro Estado”.
El mal ejemplo que una persona libre da a otra no representa ninguna lesión para esta. No pasa lo mismo cuando ocurre entre Estados. Si un Estado se divide en dos partes por problemas internos y recibe ayuda de otro Estado, esto no podría verse como algo negativo. No obstante, si la lucha interna no está resuelta, no puede intervenir otro Estado extranjero pues constituiría la violación de los derechos de un pueblo independiente.
6.     “Ningún Estado que esté en guerra con otro debe permitirse el uso de hostilidades que imposibiliten la recíproca confianza en la paz futura; tales son, por ejemplo, el empleo en el Estado enemigo de asesinos (percussores), envenenadores (venefici), el quebrantamiento de capitulaciones, la excitación a la traición, etc.”
Kant sostiene que aun en plena guerra debe existir alguna confianza en la mentalidad del enemigo, porque de lo contrario nunca se podría llegar a la paz. Tampoco cabe una guerra penal entre Estados pues no existe la relación uno inferior y otro superior, tan solo se afirma el derecho por la fuerza. Por lo tanto no puede permitirse una guerra de exterminio que anularía todo derecho y haría impensable una paz perpetua. Con lo cual este tipo de guerra debería quedar prohibida y los usos que conducen a ella aun después de alcanzada la paz como la utilización de espías.   
Finalmente, Kant sustenta que los artículos propuestos son prohibitivas y su eficacia es de carácter estricto y obligan a un no hacer, tal es el caso de los números 1, 5 y 6. Mientras que los números 2, 3 y 4 admiten cierta demora en su aplicación. 
 ... (continua siguiente post)

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