sábado, 25 de agosto de 2012

Competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a

Motivar, movilizar, comprometer a la gente


Ya en la acción misma del plan de comunicación establecido, cuando los objetivos generales ya están planteados y quedan el cumplimiento de los objetivos específicos, el comunicador tiene el rol primordial de enfocarse en establecer y mantener de manera continua un eje motivador, movilizador y de compromiso con la gente o público destinatario, a fin de promover el cambio buscado.
Se diría que es la parte más activa de todo el plan de comunicación o campaña de comunicación y a su vez la que está más llena de riesgos y retos, dado que la motivación debe estar muy alta en el grupo de comunicación para transmitirla adecuadamente.
La manera de comprometer a la gente se entiende como la forma de convocarlos a participar de las actividades de comunicación que se plantean en las tácticas y herramientas que componen el plan de comunicación.
En muchos casos puede ser la participación de talleres de capacitación con la presencia de expertos, campañas de movilización que pueden darse en distintos formatos como caminatas, marchas, mítines, campañas de sensibilización con acciones para bien de la comunidad como plantar arbustos, reciclar o hasta organizar festivales. Todo esto dependiendo del espíritu de los objetivos establecidos y de las herramientas comunicativas que se hayan propuesto en el plan. 

sábado, 11 de agosto de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a


Relacionarse e identificar con la gente, comunicar y trabajar a través de las culturas

En la búsqueda por establecer los canales de comunicación adecuados para involucrarse con el contexto a intervenir, el comunicador cumple el papel de mediador entre la gente y el gestor del proyecto comunicativo (proyecto de cooperación). El comunicador encuentra en la identidad con la gente o público destinatario, la manera de trabajar utilizando como herramienta sus propias armas culturales y las adyacentes.
Una manera de graficarlo podría ser, cuando un comunicador se plantea la estrategia de sensibilizar a una comunidad ´cerrada´ donde, por ejemplo, no hay espacios públicos accesibles para las personas con discapacidad, y existe la importancia de construir los espacios accesibles para que aquellas personas puedan transitar con seguridad por las calles y así sentirse incluidas y aceptadas por su propia comunidad. 
La manera de identificarse con este colectivo es primordial, primero para que el propio comunicador se sensibilice desde su perspectiva de no discapacitado como si lo fuera, y desde la perspectiva de quien busca establecer relaciones de solidaridad (el cooperante, la empresa, la fundación, etc) para hacer suyo un concepto de vida, que para muchos es ajeno. 
La cultura de la solidaridad entonces, viene a ser el medio para llegar a quienes viven ajenos a este contexto social pero, saben que más temprano que tarde, lo vivirán. La cultura de la reciprocidad en este caso se manifiesta en la manera de abordar la forma de comunicar y trabajar a través de estas culturas que por nuevas, son poco relevantes o poco visibles para muchas otras comunidades en diversos lugares del planeta.

 

domingo, 29 de julio de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a


Comprender al público destinatario, informarse sobre el contexto / la cultura, analizar la situación



El comunicador debe tener la capacidad de interesarse por el entorno en el que vive en tanto y en cuanto, en el público al que van dirigidos sus mensajes. Es una condición sine cuanon, de cualquier profesional de las ciencias de la comunicación, contar con la habilidad y destreza de saber interpretar el contexto en el que vive su receptor (público, destinatario, público objetivo, agentes de cambio, colectivo, o como sea definido para el caso).
Conocer de primera mano su cultura para luego hacer un primer análisis aproximativo de su forma de ser y de pensar y de comportarse de acuerdo a las pautas ya establecidas en su entorno.
Una forma de informarse sobre el contexto y la cultura en la que vive ese público destinatario, debiera ser su dialogo cotidiano sobre los temas de actualidad que se suelen hablar en los espacios públicos en donde todos convergemos (puestos de periódicos, mercados, paradas de autobús, tiendas de alimentos, etc.).
De ahí la importancia de que el comunicador, cuente con aquella destreza que le permita estar siempre atento a todo tipo de comunicación: comunicación verbal y no verbal, gestual y no gestual, que se denota cuando el individuo se involucra en temas de interés público de su comunidad.

domingo, 8 de julio de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a

Usar métodos participativos, dar a las comunidades una voz


La tarea del comunicador no solo se limita a emitir mensajes eficaces con una buena redacción y oralidad, cada vez es de mayor relevancia promover que sean los propios públicos específicos o las comunidades, los que lleven la voz de sus representantes.
Desde una perspectiva democrática y de inclusión a todas y todos los miembros de la sociedad, los comunicadores tienen la capacidad de aplicar métodos participativos de comunicación en las comunidades a fin de lograr un par de objetivos invalorables: lograr que la voz de los individuos sea oída por los demás y conocer en primer lugar cómo se manifiestan sus identidades a través de sus sensaciones, miedos, preocupaciones, anhelos e intereses.
Y también, hacer que la comunidad logre convertirse en agente de cambio para los fines de su bienestar y mejoramiento de su calidad de vida, en el marco de los proyectos de desarrollo. Creo que los métodos participativos promueven una cultura de involucramiento que antes no existía. Ahora es una herramienta valiosa que ayuda a los pequeños colectivos a dar a conocer sus ideas promoviendo su participación en muchas más acciones de interés común.
Lo cual redunda beneficiosamente en el uso de las buenas prácticas democráticas que en muchos casos es reconocida, principalmente entre colectivos que se encuentran desconectados de las grandes urbes o son poblaciones poco accesibles para el acceso a la información, pero que constituyen un valor para su causa.

miércoles, 27 de junio de 2012

Las competencias profesionales de comunicadores/as y comunicólogos/a

Escuchar, observar

Escuchar y observar son unas de las habilidades de mayor importancia al momento de establecer un primer contacto de análisis con el entorno en el que se desarrolla el individuo social.
Comunicadores sociales del Ipedhep en taller
El saber escuchar implica el involucramiento del comunicador en una problemática que puede no ser la suya pero a la que pretende aportar alternativas de cambio y desarrollo para el bien de un colectivo específico.
Esta habilidad debe ir de la mano de otra tan importante como la observación, que implica una observación del mundo desde la perspectiva del yo (comunicador) con la cual poder elaborar un concepto, una ilusión, una idea, un sentimiento, un mensaje y transmitirlo de manera aficiente. Con la capacidad de observación se propone establecer mecanismos de comunicación específicos con los que poder llegar a un colectivo determinado.

Este colectivo  muchas veces puede ser poco conocido por el contexto en el que se desarrolla, por la ubicación geográfica en el que se encuentra, por la realidad politica en la que vive inmerso o por una falta de acceso a la información puede llegar a ser limitado o casi nulo. 
Como especialista en el manejo instrumental de los procesos comunicativos, el comunicador social tiene en ambas destrezas las piezas fundamentales para el buen manejo de la comunicación en los procesos de cambio social y desarrollo.

miércoles, 30 de mayo de 2012

La Comunicación para el Desarrollo: su especificidad y sus aplicaciones

La Comunicación para el Desarrollo apunta al logro de los objetivos que aporten a un cambio social en el marco de una necesidad cultural, educativa, ambiental, social, política o económica de una sociedad. Su especificidad se sostiene en el rol del comunicador como profesional con suficientes capacidades y competencias para motivar un cambio en su entorno haciendo el papel de mediador entre el emisor y el receptor.
Su razón de ser tiene mucho que ver con un enfoque solidario, humanitario que con uno meramente instrumental pues apunta al cambio social a través de la comunicación, acción y participación.
Como meta de desarrollo profesional, esta disciplina ha ofrecido a los profesionales de la materia más de una vertiente de expansión, pero ha sido con el correr de los últimos cincuenta años en adelante que su valor social cobró mucho más valor gracias al despertar de colectivos incipientes que fueron tomando forma a lo largo de estas últimas décadas. 
Es en ese aspecto que la CpD ha evolucionado de manera mucho más estructurada hasta la última década en la que las universidades de humanidades, especialmente las de formación en ciencias de la información han creado currículos académicos de post grado sobre el tema y también de pregrado en algunas universidades de América Latina y Europa.
Como gestor de la comunicación desde un nivel amplio y plural, el comunicador para el desarrollo tiene todas las condiciones para trabajar en proyectos de desarrollo, tanto en consultorías y como mediadores y promotores sociales, como asesores o como docentes. El enfoque de estudio es amplio y destaca la capacidad de observación del experto para detectar necesidades y plantear soluciones en espacios a intervenir.
Sin embargo, a inicios de la década pasada surgió la inquietud de varias organizaciones internacionales en darle un mayor valor al trabajo del comunicador para el desarrollo. En el año 2002, la Fundación Rockefeller, la Organización Panamericana de la Salud y el proyecto Cambio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, llevaron a cabo en Italia una conferencia de expertos, docentes e investigadores en comunicación que tuvo como propósito crear o establecer un mapa de competencias para el desarrollo y el cambio social, denominado ‘Conocimientos, habilidades y actitudes en acción’. Cuyo propósito era discutir y debatir en base a la experiencia de estas tres organizaciones, cuales son las competencias que sustentan el perfil de un comunicador en cambio social y desarrollo. 
A partir de esta iniciativa se creó un documento que constituye el punto de quiebre entre el perfil del comunicador social a secas y el que debe tener un comunicador en desarrollo y cambio social. Este documento destaca por ejemplo, la importancia de los enfoques participativos en los programas de comunicación que se centran en el desarrollo comunitario, el poder de decisión de la comunidad y la autodeterminación, lo que ofrece más sostenibilidad a largo plazo y mayor coherencia con los principios fundamentales del desarrollo. Este enfoque propende que sea el comunicador el que tenga la flexibilidad de elegir el tipo de enfoque cuantitativo o de análisis que pueda aplicar dependiendo del espacio donde se desarrolla.

sábado, 26 de mayo de 2012

Globalización e Internet: ¿La internet es un espejo del proceso de globalización? ¿Cómo impacta internet en el afianzamiento de la globalización en las minorías?


Intentamos explicar cómo se ha desarrollado el binomio internet-globalización a lo largo del presente siglo y en qué medida ha hecho posible que las minorías se afiancen o se hagan visibles gracias a ambos fenómenos contemporáneos.
En primer lugar cabe explicarse que una de las primeras o sino la primera corriente de aplicación de este binomio ocurrió en los años 80’s. Cuando nace la necesidad de las empresas más competitivas y productivas del mundo de interrelacionarse para llevar a cabo ciertas partes de sus procesos de producción a fin de operar en red con fines de cooperación mutua constituyéndose en una red de apoyo. Lo que Manuel Castells denominó ‘la empresa-red’. 
Si este fue el primer paso en el que se asentó el proceso de la globalización en términos empresariales en el mundo, con el uso horizontal de la internet, se dio forma a una era del conocimiento y suma de sinergias que se extendió hasta hacer del comercio en línea una forma de vida, una manera de entender la cultura de la competitividad y un vehículo para hacer visibles a las minorías invisibles.
Si antes existían mercados cuyo alcance era definido por las dimensiones geográficas o de transporte, en el siglo XXI, la era digital ha permitido sacar a flote a todos esos nichos de mercado que por la falta de interconexión eran desconocidos unos entre otros, pero que constituyen una suma de grandes minorías que conforman el mercado del e-commerce.
Lo explica claramente Chris Anderson en su libro ‘La economía Long Tail. De los mercados de masas al triunfo de lo minoritario’. “El mercado masivo antes conformista se está dispersando. Hoy ese mercado se está convirtiendo en una masa de nichos que siempre existió pero que a medida que disminuyó el coste de acceso se convirtió en una fuerza económica y cultural que hay que tomar en cuenta”.
Por su parte, Don Tapscptt & Anthony D. Wlliams, autores de ‘Wikinomics. La nueva economía de las múltiples inteligencias’, sostienen que “los pequeños productores están viviendo una era dorada comparada con el renacimiento italiano o la democracia ateniense, gracias a la colaboración masiva que trasciende fronteras, disciplinas y culturas… nunca antes los individuos han tenido la capacidad y la oportunidad de conectarse a redes flexibles de iguales para producir bienes y servicios de un modo tangible y continuado”.
Igualmente argumentan también que los grandes industriales tienen como nuevos rivales a las grandes masas de individuos autoorganizados e hiperconectados que ahora tienen la capacidad de innovar y crear valor en un escenario global. Este marco puede explicar por ejemplo, cómo hoy en día, en lugares alejados, pero ya no desconectados, como los andes peruanos, existan exitosas experiencias de comunidades campesinas que se dedican a la producción de papa natural que se exporta a mercados de Europa o Asia donde este producto es altamente valorado sin tener que pasar por el centralismo del mercado de la capital. 
Quienes pensaron que era un planteamiento difícil de creer, y que podía incluso calificarse como una utopía, reconocen que es una realidad para un importante número de minorías alejadas de todo, pero conectadas al mundo a través de la Internet.